Entre Buda y un Samurai

Entre Buda y un Samurai
... en la vida breve.

miércoles, 23 de marzo de 2016

No puedo dejar de caminar.

Tengo que caminar, no puedo parar
y me sobran las causas, los motivos.
(es una forma de lucha interior, de resistencia).
"Algunas veces el hombre necesita apartarse del mundo para intentar comprenderlo". (Albert Camus)



No puedo dejar de caminar.
Para seguir, como forma de resistencia.

Es por evitar el vértigo de las fotografías perdidas,
de todo lo que se tragó el horizonte.

Demasiadas puertas se cerraron para siempre.
Algunas incluso nunca existieron.

No busco nada concreto, aunque todavía,
por momentos pienso en los himnos dormidos.

No puedo dejar de caminar.
Salto charcos, sorteo cementerios,
persigo a la hiedra que trepa hacia la luz.

Me agota el deseo de abandonar este piano desafinado.
Piano sin teclas negras, sin teclas blancas.
Piano que olvidó las melodías de una juventud brillante.
Piano hoy mudo y preso de una melancolía que no mata, pero no cesa, no perdona.

Las partituras de un próximo concierto las destruyó la tormenta de los años, un aguacero discreto pero firme, pues gotea y gotea, sin explicaciones ni pretextos.

Yo solo quiero caminar.
Tan solo busco no parar de caminar.

- Texto y fotos MM -.*


 
 

martes, 22 de marzo de 2016

Demasiado Tiempo Evitando Mirar.

Demasiado tiempo evitando mirar.

- Porque no todo puede reducirse a recuerdos de ceniza -.

  
Pienso en un poema de José Hierro, 
creo recordar que aparece en su 
"Libro De Las Alucinaciones".

Él (alguien) va a comprar un billete, "a Italia, claro" (dice).
Alguien (él) va en busca de su pasado evitando el rompecabezas de si esto será una buena idea.
Lo importante es ir, necesita hacerlo.
Se encamina hacia el futuro para regresar a un tiempo que ya fue, no está, son gotas de un río que galopa hasta abrazar la cuna de un mar inmenso, un mar donde duermen pérdidas y abrazos que nunca volverán.

Si yo me detengo y miro con calma a una flor observo que siempre está en movimiento, avanza, va salpicando su propia sombra de cenizas fabricadas por un reloj de arena que tiene un pacto con el viento, un contrato sin letra pequeña ni posibles cambios.

"Vive el presente", que ironía, que pobre argumento.
La piel, los espejos... hasta las caracolas despliegan una sinfonía vestida de un eco desafinado, un adagio que fue futuro e incluso ahora, - si, digo ahora -, ya es ayer.
El presente es una miga de pan perdida entre ayeres y venires. Somos nieve y soles atrapados en un un circo que nunca se detiene.

- texto/imagen MM -.

sábado, 19 de marzo de 2016

Si supiese que existes.

Entonces mis palabras...

Si supiese que existes, entonces mis palabras...

Habría formas a las que mirar. Habría olas y silencios.
Habría portales inocentes y horas de esperas urgentes.

Si sospechase que existes,
donde habitas,
en que lugar te esconde la niebla,
que mapa camina tu cuerpo musical.

Mis palabras, si supiese que existes...

(Texto/imagen MM)

  

jueves, 17 de marzo de 2016

AFTER HOURS

- after hours -.

Estado de lo más racional, lúcido y visionario. Cuando arreglamos el mundo o por lo menos lo intentamos, lo creemos... Pero nadie nos escucha, o si lo hacen rápido somos unos soñadores, balas perdidas, bohemios sin remedio. Quizás una mujer que escribe sus deseos, quizás un superviviente que sigue pintando una y otra vez el mismo lienzo. SON, SOY, SOMOS, en el mejor caso una escasa porción de ángeles fuera de tiempo, de lugar, lejos de la claridad, - retales de niebla -. Anécdotas de contraportada de alguna revista con escasos lectores que suelen ser tan solo otras aves de la misma especie.

Son esas horas en general un pasadizo a verdades que no están al alcance del que no se decide a masticar lo que fluye entre callejones sin paredes, acantilados que hace mucho perdieron su nombre, libretas donde todo suda, realidades que se van a dormir cuando las sirenas de las fábricas se mezclan con funcionarios, estudiantes y el decorado que va sembrando la mañana. Cada mañana. Todas las mañanas. Todas las mañanas del mundo.
- (texto y foto MM) -*

sábado, 12 de marzo de 2016

Somos CARNÍVOROS.

La MUERTE
ES una cabrona
HONRADA. No miente.

Nada que reprochar, sin insultos ni sonrisas.
No seré tan niñato como para decir que algunos quisimos lamer el cielo y el infierno, jugar sin comodines, más que jugar vivir la vida. Para eso somos mujeres y hombres.
No somos plantas, ni nubes, fuentes o cientos de palabras bellas que podría adornar, vestirlas, darles ritmo.

Somos carnívoros.
No te gusta, pues rompe los espejos o niega tu vientre.
Ni flores ni serpientes. Somos carnívoros.


Muchos se han ido ya.

Muchos ya no están, excusas buscar, encender velas o arañar en los recuerdos. Tengo que decir que la mayoría de mi gente, la cercana, la irremplazable, incluso esos desconocidos referentes que año tras año nos van acompañando en proas y trincheras, otros que también viajan en el tren que un día decidimos coger.
Detesto la estupida frase resignada que proclama "nadie es imprescindible". Esa balada desenfocada tendría que repasar, rebobinar, aceptar que vamos perdiendo parte de nuestro yo por los caminos. Cierto es que encontramos nuevas piezas para seguir tirando del vagón. Buena gente.
Y pelear, luchar, seguir... o no. ¿Quién es nadie para meter baza en las razones de un viajero?.

Somos carnívoros con todo lo que eso arrastra.
Atacar, morder, resistir. Tumbarse junto al fuego y cerrar los ojos mientras el cuerpo se va apagando al ritmo de unas llamas que nunca son eternas.

Hay días, temporadas, giros impensables.
Pero la muerte es una cabrona honrada, no pide cuentas ni tampoco documentos. Yo soy de la opinión que es un lujo poder pactar con la muerte. Y detesto la resignación, ante todo eso.
Honrada, lo es, estoy seguro.
- texto y foto MM -.